miércoles, 16 de marzo de 2011

Introducción- Tu nueva misión


Introducción.- Tu nueva misión

—¿Me llamaba, señor? —preguntó la voz de un hombre en una noche sin luna, rompiendo el silencio que perpetuaba en la oscuridad del recinto en donde se hallaba.
Primero no hubo contestación, pero podía escucharse una respiración acompasada, lenta y muy profunda en aquella penumbra.
—Necesito que hagas un trabajo para mí… —dijo poco después la voz ronca y desgarrada de un hombre, un anciano.
—¿De qué se trata?
—De lo que mejor sabes hacer —respondió la desgarrada voz, que parecía tener una nota divertida y amenazante.
El hombre que había sido llamado, con sólo cinco años de haber empezado a ejercer su oficio, era el más buscado para llevar a cabo esos trabajos —llamado incluso por cosas que no eran necesariamente humanas—. Sonrió en la oscuridad, y apareció en la habitación un pequeño brillo proveniente de sus ojos, que eran sobrenaturales.
—¿Quién será mi víctima? —preguntó con tranquilidad, con la voz aterciopelada que lo caracterizaba tanto, ya que no iba nada de acuerdo con sus actividades.
En la oscuridad el anciano alargó el brazo y le entregó una fotografía. El hombre tenía ese tipo de habilidades que los mortales comunes no poseían, entre ellas estaba ver en oscuridad casi absoluta, como la de esa noche, en esa habitación.
—Se ve muy inocente esta vez… —comentó el contratado.
—No te confíes, Mitca. Las personas que parecen inocentes son las más difíciles de matar —dijo el anciano, sabia pero cruelmente.
—No en mi caso, ya sabe que soy estrictamente profesional —dijo Mitca, con aire de superioridad a todas las advertencias que pudiera darle la maliciosa voz de su jefe.
—Como quieras… Sólo haz tu trabajo, esta vez no mates a la víctima, la necesito viva…
—¿Dónde queda la diversión entonces? —preguntó Mitca, con sarcasmo.
—Vete de una vez, que tienes que localizar a la víctima, y no te será muy sencillo tratándose de un supuesto humano. Tienes quince días, Mitca, si cumples el plazo de entrega te daré una buena recompensa, pero si me decepcionas… —dejó la frase sin terminar, de una manera que le hubiera helado la sangre a cualquiera, pero no a Mitca.
—Jefe ¿cuándo lo he decepcionado? —dijo Mitca, haciendo una reverencia en el cuarto, que sabía que su jefe vería a pesar de la oscuridad.
El debilitado anciano chasqueó los dientes y no dijo nada más, pronto Mitca se dio cuenta de que ya no estaba a la vista, y sintió que su presencia demoniaca había desaparecido del cuarto.
—Así que esta es mi víctima —murmuró Mitca, con ese tono de voz tan peculiar que hacía creer a las personas que él era extremadamente amable, aunque no era así—, así que esta es…
Mitca caminó entonces hacia afuera de aquel lugar, desandando sus pasos y perdiéndose en la noche sin estrellas. La luz de los faros de un auto iluminó su oscura figura mientras pasaba caminando tranquilamente por una calle. Era alto, de pelo negro y ojos de un azul más pálido y frío que el hielo. Casi no se notaba, ya que siempre vestía de negro, pero sus ropas estaban manchadas de sangre…

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continuará...

1 comentario:

Alba Gómez Rodríguez dijo...

Realmente interesante tu historia, cuando la vi en el blog de Memento Mori en favoritas, ya me suponía que iba a ser algo diferente. :D

Por ahora no hay mucho que decir, solamente que tengo la sospecha de que a Mitca le espera un trabajo diferente del usual me parece xD

Me da a mí que esa chica a la que tiene que secuestrar, le va a dar más de un quebradero de cabeza xD

Um, por la descripción y así un poco por el dibujo que está en el blog, Mitca se me antoja como Kirtash de Memorias de Idhun de Laura Gallego, sabes? No sé, frío, pero a la vez adorable!

Bueno, me voy al siguiente capítulo!

Saludos! :D


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